viernes, 25 de noviembre de 2011

“NOS HEMOS HECHO COMO HAN QUERIDO…”


Esto es realmente una cuestión triste y al mismo tiempo alarmante, esto es al hablar de que los individuos y la comunidad hemos adoptado formas (o más bien hábitos) de vida que se han ido arraigando cada vez más a lo que llamamos “útil” para nuestro bienestar. Estamos hablando del consumismo que si bien le da una función a todo (que si no la encuentra se la inventa) nos hace daño al hacernos ociosos facilitándonos todo en bandeja de plata.

Se dice que hay países que se dedican a la innovación y al diseño, la creatividad es su materia prima, también se dice de aquellos que materializan las ideas y genialidades o bien, recrean aquello que merece todo el crédito, su material proviene de estos creadores; por ultimo vienen el resto de territorios que solo compran aquello que producen, estos solo esperan ansiosamente lo que es su material: los productos de consumo. Todos y cada uno forman parte de esta gran masa de explotadores de materia prima que, de acuerdo a su posición, terminan por afectar del mismo modo la tierra de la que viven. Optar por consumir alimentos de paso (comida rápida) es un ejemplo de los excesos, ir al trasfondo significaría la revelación de la industria en todo su potencial, la producción masiva sin calidad es un daño para quienes proporcionan materia (el campo, animales, la naturaleza en su gran mayoría) como para quienes la reciben (las ciudades desarrolladas tanto demográfica como tecnológicamente).

El mercado como objetivo tiene a la población y “sus necesidades”, pretende atacar con el lanzamiento de novedades al auditorio social que vive en constante competencia por experimentar un sentido de pertenencia e identificación, los seres humanos de cultura y hábitos pobres somos los más propensos y afectados al tomar de la industria (de cualquier especie) la mercancía que nos será “útil” hasta que surja algo innovador que opaque lo que tenemos metiéndonos intencionalmente en un círculo vicioso de adquisición y consumo enfermo.

 

Los corporativos trabajan de la mano con la mercadotecnia, ese es su sistema óseo que cumple la función de sostener el sentido de existir de estos; si se interpretara a las entidades lucrativas como un ser humano, se diría con toda certeza que es narcisista, pues  nada importa más que atraer al público a ellos, para vender más de su mercancía, produciendo excesivamente para ellos obtener mayores utilidades y se ha comprobado con una gran cantidad de empresas que, poco o ningún interés se tiene en todo lo que implica, por ejemplo: puede lanzarse al mercado farmacéutico un producto maravilla que será un éxito según los estudios de la mercadotecnia, supóngase que este medicamento resulta a largo plazo, un riesgo para la salud, sin embargo, sería un éxito, es decir, existe un dilema entre obtener grandes ganancias o bien no hacerlo por cuidar la integridad de aquellas personas que fueran a consumir el producto; lamentablemente ha sucedido optar por las cuestiones materiales o de poder antes que la vida, se ha descubierto y se trata de luchar contra ello, resulta un problema mayúsculo debido a la grandeza de implicaciones que significa enfrentar un monstruo (corporativo) y más aun, si tiene “fundamentos” que los respalden lo cual, es bastante probable que puedan obtenerse, ya muchas ocasiones se ha hecho intentos de sanción, sin embargo, esto parece ser solo un chiste, se sigue adelante con los riesgos para la vida, para los ecosistemas , para los seres vivos, etc. Gracias a la ambicion.




 Alma Delia Muñiz
Analleli González
Marielva C. Montemayor
Mayra E. Zamora Pimentel

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